jueves, 19 de julio de 2007

RUSIA EXPULSA A CUATRO DIPLOMÁTICOS BRITÁNICOS

Rusia dijo el jueves que expulsaría a cuatro diplomáticos británicos de Moscú, dejaría de emitir visa para funcionarios de ese origen y cesaría su cooperación en seguridad con Londres, en respuesta a la decisión de Reino Unido de enviar a casa a cuatro diplomáticos rusos.
La crisis diplomática que ha llevado las relaciones entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría a su nivel más tenso desde la caída de la Unión Soviética comenzó cuando Rusia se negó a extraditar a un sospechoso de asesinato para ser juzgado en Londres.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Mijail Kamynin, dijo que al embajador británico se le había entregado una nota "relacionada con las medidas poco amistosas de Reino Unido hacia Rusia."
"Cuatro miembros de la embajada británica en Moscú son ahora personas non gratas y deberían abandonar el territorio de la Federación Rusa en 10 días," añadió Kamynin.
El portavoz no identificó a los diplomáticos.
"La postura hacia Rusia asumida por el nuevo Gobierno laborista está basada en cualquier cosa menos en el sentido común o el pragmatismo y el respeto a la ley, que es tan típico de los británicos verdaderos," añadió Kamynin.
La Fiscalía británica quiere que Rusia extradite al sospechoso, el ex agente del KGB Andrei Lugovoy, para juzgarlo por su presunta responsabilidad en el envenenamiento del ex agente ruso Alexander Litvinenko con polonio radiactivo durante una reunión en un hotel de Londres el año pasado.
Moscú dice que su Constitución prohíbe extraditar a un ciudadano ruso y el presidente Vladimir Putin ha calificado de "estúpida" la petición.
Funcionarios rusos han respondido indignados a las sugerencias británicas de que el país debería cambiar la Constitución para acomodarse a su petición, señalando que Reino Unido ha rechazado numerosas solicitudes similares de Rusia en los últimos años.
Lugovoy insiste en que es inocente y acusa a la inteligencia británica de haber participado en el asesinato de Litvinenko.
La Unión Europea y Estados Unidos apoyan a Reino Unido en la disputa, que se produce en medio de un deterioro progresivo de las relaciones de Occidente con Rusia.