miércoles, 25 de julio de 2007

EVALÚAN PUERTO QUETZAL

Técnicos de EPF, de Taiwán, hacen primera exploración

Técnicos de la Empresa Petroquímica Formosa (EPF), de Taiwán, llegaron ayer a Puerto Quetzal para hacer su primera evaluación de campo del lugar donde podrían instalar una megarefinería.
Dejaron a un lado sus trajes y el protocolo de la reunión con el presidente de la República el lunes recién pasado, y seis expertos de EPF exploraron a pie las instalaciones del puerto, analizaron un sinfín de mapas y bocetos; y plantearon una buena cantidad de preguntas a las autoridades de Gobierno.
La primera impresión que se llevan los ejecutivos es que aún falta mucho por hacer, pero también ven fortalezas. El estudio de factibilidad costará US$5 millones y en un mes se esperan sus resultados.
Entre condiciones
Shiann-Chang Tsai, director ejecutivo de EPF señaló que el terreno en donde se ubicaría la refinería no es suficiente y que es un requerimiento indispensable para decidir la inversión.
Tsai puntualizó que se necesitarán unos 500 mil metros cuadrados adicionales para el área de almacenaje o la instalación de una central eléctrica propia.
Sin embargo, José Pinto, subgerente de la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ), indicó que la refinería se instalaría en la zona 10 del puerto que cuenta con un área de 1.3 millones de metros cuadrados y que es destinada para la descarga de graneles líquidos y carga peligrosa.
Víctor Suárez, comisionado presidencial para la consecución de la refinería, señaló que la compra o arrendamiento de tierras aledañas al puerto sería una solución.
Pero añadió que cualquier ampliación o mejora es factible, mientras haya certeza de que la refinería se instalará en el país.
EPF también evaluará las condiciones de los puertos nacionales en el Atlántico.
La inversión de la megaobra será de unos US$7 mil 200 millones para procesar 360 mil barriles diarios de petróleo.
Otros requerimientos
Paul Huang, director de EPF, afirmó que la refinería necesitará además “exclusividad” en su abastecimiento y despacho de productos.
Agregó que la llegada de buques con petróleo o la salida de barcos con productos refinados no puede tener tiempos de espera ni sumarse al tráfico de los cargueros o cruceros turísticos.
Con la disposición vigente de sus dársenas, Puerto Quetzal puede atender a cuatro buques comerciales, un carguero de combustible, otro de gas, y un crucero turístico.
José Pinto, señaló que en las instalaciones del puerto hay un proyecto para la ampliación de hasta 500 metros de muelle, lo que proporcionaría el espacio adicional para los barcos de la refinería.
Así también, EPQ propuso que el abastecimiento de petróleo se realice en alta mar, lo que requeriría la construcción de un ducto especial que lleve el combustible fósil hasta las instalaciones terrestres.
Sin embargo, los ejecutivos de EPF estimaron que se necesitará más de una forma de alimentar petróleo a la refinería, pues se espera que ésta procese como mínimo unos 360 mil barriles diarios para vender refinado a varios países.
Entre las fortalezas del puerto, Huang citó su posición estratégica para vender al mercado centroamericano, el sur de México y la Costa Oeste de EE.UU.

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