La comitiva presidencial se trasladó a Panamá en esta aeronave, el 25 de febrero pasado.
"Afortunadamente el presidente Álvaro Colom tiene amigos que le pueden prestar un avión”. Con esa frase, el vicepresidente Rafael Espada confirmó que el gobernante viajó a República Dominicana en una aeronave particular, para participar en la XX Cumbre de Presidentes del Grupo de Río.
El mandatario viajó en un avión propiedad de la empresa Disagro, cuyo presidente es Roberto Robbie Dalton, confirmó Ronaldo Robles, secretario de Comunicación Social de la Presidencia.
En República Dominicana, al ser consultado respecto del uso de esa aeronave privada, Robles manifestó: “Es un avión de una empresa privada que está interesada en apoyar al Consejo de Desarrollo Rural; ello no implica compromisos con nadie, sino con Guatemala”.
Espada justificó que se tomó esa decisión porque no se logró encontrar cupo en una compañía comercial, debido a que la comitiva que acompañó a Colom a República Dominicana es extensa; por tal motivo se transportaron en el avión de un “amigo” del gobernante, aunque dijo que desconocía a quién pertenecía la aeronave.
En el vuelo Colom fue acompañado por su esposa, Sandra Torres; el secretario privado, Gustavo Alejos, y Carlos Mata, del Programa Nacional para la Competitividad.
Antes habían partido en vuelo comercial Robles y el canciller Haroldo Rodas.
De acuerdo con el vicepresidente, es una ventaja trasladarse en una aeronave privada, porque le permite al gobernante retornar al país de forma inmediata en caso de que ocurra alguna eventualidad.
“Aunque alguien nos preste un avión, eso no significa que nos comprometemos con ellos”, explicó Espada.
Este es el segundo viaje presidencial en el cual se utiliza un avión privado. Según Colom, la aeronave que le está asignada, adquirida en 1991 y con capacidad para seis pasajeros, no está en condiciones de volar por más de tres horas.
Érick Bolaños, del Instituto pro Democracia y Desarrollo, expuso que para no despertar suspicacias se debería comprar una aeronave oficial acorde con la realidad del país.
Otra alternativa sería el ejemplo de Óscar Arias, presidente de Costa Rica, quien cuando viaja a otras naciones pide “jalón” a otros gobernantes para asistir a las actividades oficiales.
De momento, para el Gobierno no es una prioridad adquirir una aeronave, por austeridad. “Si compramos un avión nos van a comer, nos van a criticar que ese dinero debería ser invertido en hospitales”, dijo Espada.
El mandatario viajó en un avión propiedad de la empresa Disagro, cuyo presidente es Roberto Robbie Dalton, confirmó Ronaldo Robles, secretario de Comunicación Social de la Presidencia.
En República Dominicana, al ser consultado respecto del uso de esa aeronave privada, Robles manifestó: “Es un avión de una empresa privada que está interesada en apoyar al Consejo de Desarrollo Rural; ello no implica compromisos con nadie, sino con Guatemala”.
Espada justificó que se tomó esa decisión porque no se logró encontrar cupo en una compañía comercial, debido a que la comitiva que acompañó a Colom a República Dominicana es extensa; por tal motivo se transportaron en el avión de un “amigo” del gobernante, aunque dijo que desconocía a quién pertenecía la aeronave.
En el vuelo Colom fue acompañado por su esposa, Sandra Torres; el secretario privado, Gustavo Alejos, y Carlos Mata, del Programa Nacional para la Competitividad.
Antes habían partido en vuelo comercial Robles y el canciller Haroldo Rodas.
De acuerdo con el vicepresidente, es una ventaja trasladarse en una aeronave privada, porque le permite al gobernante retornar al país de forma inmediata en caso de que ocurra alguna eventualidad.
“Aunque alguien nos preste un avión, eso no significa que nos comprometemos con ellos”, explicó Espada.
Este es el segundo viaje presidencial en el cual se utiliza un avión privado. Según Colom, la aeronave que le está asignada, adquirida en 1991 y con capacidad para seis pasajeros, no está en condiciones de volar por más de tres horas.
Érick Bolaños, del Instituto pro Democracia y Desarrollo, expuso que para no despertar suspicacias se debería comprar una aeronave oficial acorde con la realidad del país.
Otra alternativa sería el ejemplo de Óscar Arias, presidente de Costa Rica, quien cuando viaja a otras naciones pide “jalón” a otros gobernantes para asistir a las actividades oficiales.
De momento, para el Gobierno no es una prioridad adquirir una aeronave, por austeridad. “Si compramos un avión nos van a comer, nos van a criticar que ese dinero debería ser invertido en hospitales”, dijo Espada.
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