miércoles, 12 de septiembre de 2007

ECONOMÍA PARA TODOS: NO ABRIERON SUS PUERTAS

Por: Prensa Libre

Opinión

A finales del siglo XIX se autorizó el funcionamiento de cuatro bancos que no lograron abrir sus puertas.

Banco de Inglaterra en 1881

Simultáneo al otorgamiento de concesión al Banco de Occidente, se otorgó una segunda a José María Samayoa para que estableciera un banco o una sucursal de un banco de Inglaterra, conforme informó el Ministerio de Finanzas a la Asamblea Legislativa para el período 1880-1881. El banco no abrió.

Banco Hipotecario de Guatemala en 1887

A mediados de 1887 la Asamblea Legislativa tuvo conocimiento de la solicitud que presentó al Gobierno Crisanto Medina -muy activo en la constitución del Banco Internacional- y asociados, quienes formularon la aprobación del proyecto para el establecimiento de un banco hipotecario.

El contrato se firmó el 19 de noviembre de 1888. El secretario de Estado en el Despacho de Fomento, con instrucciones del presidente de la República por una parte, y por otra, Crisanto Medina, convinieron en que los organizadores se comprometían a fundar una sociedad anónima, denominada Banco Hipotecario de Guatemala.


La sociedad se fundaría en Europa -aspecto llamativo-, residencia del Consejo Supremo de Administración. El domicilio sería la ciudad de Guatemala de cuyas leyes dependería su “personería jurídica”.

El banco podía emitir cédulas hipotecarias, las cuales fueron debidamente reguladas. El monto total de primas, intereses o cualquier otro gasto que cobrara el banco, no excedería del doce por ciento anual.

El banco quedó autorizado a invertir en obligaciones hipotecarias, todo o parte de su capital, incluyendo sus utilidades. Fue exonerado por diez años de la exención del pago de timbres y papel sellado, a excepción de las escrituras que fueron “consideradas por Notario”. No pagaría derechos de exportación o importación “de su caudales”.

El gobierno mantendría la debida fiscalización sobre el banco, por medio de un delegado. Se le señaló al banco el término de un año para iniciar sus operaciones, y de no hacerlo así, se daría por caducada la concesión, “y gracias que se otorgan al señor Medina”.

Su aprobación sirvió de base para el futuro Banco Agrícola Hipotecario (1894) y más adelante para el Crédito Hipotecario Nacional de Guatemala (1930). El banco no abrió.

Banco en San Marcos en 1892

A un proyectado banco en San Marcos se le dio autorización para que presentara sus estatutos al Ejecutivo, previo a su aprobación definitiva. No cumplió.

La Asamblea Nacional Legislativa, por decreto número 167-1892, del 29 de abril de 1892, al respecto decretó: “Articulo 1°. Autorízase al Ejecutivo para que, al resolver lo conveniente conforme el Código de Comercio, en la solicitud del señor Ernesto Galliano, sobre establecer en la ciudad de San Marcos un Banco de Emisión, descuento y depósito, otorgue, si lo estimare oportuno, la exoneración de los impuestos a que se refiere la misma solicitud, por un término que no pase del 15 de marzo de 1898”. El banco no abrió.

Banco Europeo en 1894

Cuando había cuatro bancos de emisión (Internacional, Colombiano, Occidente y Comercial), la Asamblea Nacional Legislativa emitió el decreto número 241-1894, del 27 de abril de 1894, que en su artículo 1° establece:

“Concédase a la empresa que el señor Enrique Neutze organice en Europa para formar un Banco de Emisión, Giro y Descuento en esta República, o a la sucursal de un banco europeo que establezca en Guatemala con idéntico objetivo, las condiciones que hoy tienen los bancos Internacional y Colombiano, debiendo cesar éstas al mismo tiempo que concluyan las acordadas a los dos establecimientos mencionados”.

El artículo 2° estableció: “Si dentro de un año don Enrique Neutze no ha establecido el banco, caducará la presente concesión”. El banco no abrió.

Banco Urbano en 1896

Por acuerdo gubernativo del 15 de marzo de 1896, el Ejecutivo autorizó a Víctor Matheu Zavala a formar el Banco Urbano, el que además de “efectuar operaciones de depósito, prenda e hipotecas, giro, emisión y descuento”, establecería “una caja de ahorros y almacenes de depósito”.

El banco no pudo funcionar debido a los cambios políticos suscitados por el asesinato del presidente Reyna Barrios. Empero, sentó las bases para que en la Ley de Instituciones de Crédito de 1926 se permitiera el funcionamiento de los Almacenes de Depósito.

De 1930 a 1969, sólo el CHN tuvo tales almacenes en operación. En este último año entró en vigor la Ley General de Almacenes de Depósito. En fin, el banco no abrió.

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