viernes, 5 de septiembre de 2008

ESPIONAJE CONTRA ÁLVARO COLOM


Elperiodico

Quintanilla sale del Gobierno por no detectar espionaje al Presidente
Colom anunció la renuncia del titular de la SAAS, y presenta al nuevo encargado de su seguridad, Ricardo Marroquín. El Secretario de Análisis Estratégico tampoco continúa


Álvaro Colom apareció por la tarde en el Palacio Nacional de la Cultura con el rostro desencajado. Se colocó detrás de un atril y delante de sus ministros y secretarios habló sin la fluidez que caracteriza sus discursos. No sabía cómo explicar que en la Casa Presidencial y en su oficina de la zona 14 había encontrado siete aparatos de grabación y dos cámaras ocultas, e indicios de receptores en su casa y en el despacho de la Primera Dama; y que en una ajetreada tarde, Carlos Quintanilla, el secretario de Asuntos Administrativos y Seguridad (SAAS), le había presentado su renuncia por incumplir su responsabilidad.

“Considero esto un hecho muy grave, y ahora entiendo de dónde salía la información que se filtraba. No hay indicios de que Quintanilla esté implicado, aunque puede ser alguien cercano a él”, manifestó Colom, que ya había ordenado el cierre y cateo de la Casa Presidencial, pedido protección para su familia, y prohibido que sus helicópteros despeguen hasta ya registrados. A sus espaldas, ausentes, Quintanilla y Gustavo Solano, desde ayer ex secretario de Análisis Estratégico. Y presente Ricardo Marroquín, nombrado sustituto para la seguridad presidencial, de manera rauda o tal vez planificada. En una entrevista reciente, Colom se dijo incapaz de improvisar.

Eran aproximadamente las 18:00 horas, pero las dependencias presidenciales hervían desde hacía horas. O incluso días. Desde el martes por la noche tenía lugar una revisión exhaustiva que buscaba descubrir por qué se filtraban algunas conversaciones presidenciales.

Por la mañana, minutos antes de que comenzara una actividad que iba a dirigir el Vicepresidente, se comunicó de manera intempestiva que Colom estaría en su lugar. Su discurso fue intrascendente, pero se convocó a una conferencia para las 17:00 horas. ¿Revelaría lo que desde hacía dos jornadas anunció para el sábado?

Nadie fuera del gabinete de ministros sabía qué se estaba incubando. Y ni siquiera Quintanilla lo tenía claro. Sólo a mediodía llegó a sus oídos el rumor de que esa misma tarde iba a tener que abandonar su cargo. Aproximadamente a la misma hora en que, según fuentes diplomáticas, el Ejército –la Guardia Presidencial- comenzaba a alistarse para la toma y el resguardo del edificio. La orden directa nacía del Comandante General del Ejército, explicó Jorge Ortega, portavoz de las fuerzas armadas, en referencia a Colom.

Los soldados irrumpieron en la Casa Presidencial a las 16:30 horas. Era una unidad de infantería, según Ortega, unos 150, y no tardaron en superar la oposición de los agentes de la SAAS.

De lo que sucedía adentro, donde se encuentra tanto la oficina del Presidente como la del encargado de su seguridad, hay tres versiones. La primera dice que Quintanilla recibió la carta de renuncia ya escrita, y que en ese momento renunció, sí, pero a dejar su cargo. Se levantó enrabietado y ordenó que cerraran todas las puertas y que no saliera nadie del edificio. La segunda es la de Colom: que después de los hallazgos, en los que el propio Quintanilla había participado, presentó su renuncia.

En la explicación presidencial hay un vacío claro: la dimisión o cese de Solano. De él se dice, sin que se haya podido confirmar, que en determinado momento llegó también al lugar.
La tercera: Quintanilla mansamente firmó su renuncia.

Lo cierto es que en la dependencia que la SAAS tiene al lado de la Casa Presidencial se recibió la instrucción (según uno de sus directores, que ignora de quién provenía) de cerrar todas las puertas y que no saliera nadie, y pudieron ver cómo el lugar se llenaba de militares. Hasta las 18:00 horas no les permitieron irse. En su salida coincidieron, asegura, con Quintanilla, que abandonaba el edificio contiguo. En las dependencias presidenciales algunos trabajadores permanecieron enclaustrados durante una hora, manifestaron.

Después de que el cariacontecido Colom anunciara la noticia, Quintanilla no respondió a las llamadas. Tampoco lo hicieron ya los ministros, que al cierre de la edición permanecían en cenáculo dentro de la Casa Presidencial, pese a la orden de cierre.

Alrededor de las 19:00 horas, el jefe de la Fiscalía contra el Crimen Organizado del Ministerio Público, Rony López, se presentó de oficio en el lugar. Secuestró los artefactos y tomó declaraciones. Se sabe que al abandonar el edificio llevaba una denuncia general del hecho, y no una demanda del ex titular de la SAAS, ni contra él.

No hay comentarios: