Un grupo que ayer se lanzó al suelo luego de escuchar disparos fuera del hotel Taj Mahal.
Los muertos suman 125, los heridos 327, y la calma no ha retornado del todo a Mumbai, capital industrial de India, y que el miércoles fue objeto de 10 ataques simultáneos a 2 hoteles de lujo, 1 estación ferroviaria, 1 cine, 1 hospital, 1 centro judío y 1 restaurante.
Los rehenes en los hoteles de lujo, Taj Mahal y Oberoi, fueron liberados ayer por la Policía india. Algunos terroristas murieron en choques con las fuerzas de seguridad, otros fueron capturados con vida.
El centro judío Chabad Lubavitch estaba tomado ayer por militantes, y se cree que dentro estaban entre 10 y 20 rehenes, todos israelíes. Un terrorista que se identificó como Imran Babar llamó a una televisora y dijo que quería hablar con el Gobierno para hacer un intercambio de rehenes, a la vez que denunció abusos en Cachemira.
Por otra parte empezaron a emerger algunos detalles adicionales de los ataques. Se planearon por meses, dijo a Press Trust de India el Ministro Kapil Sibal. Incluso, los atacantes llegaron a establecer “cuartos de control” en los hoteles. Se estima que eran 26 en total, y de ellos, 9 están bajo arresto. Otros han muerto en enfrentamientos.
Los atacantes, algunos de los cuales entraron tranquilamente en los sitios, vestían pantalones veraniegos y camisetas. Estaban armados con fusiles automáticos AK-47 y granadas, y según Ratan Tata, que regenta la empresa propietaria del hotel Taj Mahal, “parecían conocer el trazado de la ofincina trasera y la cocina”. “La preparación fue muy minuciosa”, recalcó.
Entre los muertos figura un británico identificado como Andres Liveras, de 73 años, un magnate naviero y quien horas antes de morir, dio una entrevista a la BBC desde dentro del hotel Taj Mahal. Fuentes: AP, DPA, The Times (Gran Bretaña), CNN
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