sábado, 29 de noviembre de 2008

Siguen las muertes de pilotos de autobús. Suman 123 en el año

El Periodico
La Policía capturó a una persona por el crimen ocurrido en la zona 18. Transportistas y autoridades discrepan en el número de víctimas

imagen habitual. El autobús ayer, en El Prado, zona 18, convertido en escena del crimen.

Ayer fue asesinado otro piloto más del transporte público, en esta ocasión en la zona 18. Fue identificado como Douglas Gómez Virula, de 35 años, y según las estadísticas de la Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos (AEAU), con este aumenta el número a 123 conductores muertos por violencia en lo que va del año. El hecho sucedió en la colonia El Prado, zona 18.

Después de un operativo, la Policía capturó al supuesto responsable del crimen, se trata de Carlos Augusto Bautista, de 30 años, alias El Negro. Virula, según los archivos del Sistema Penitenciario, ingresó a la cárcel el pasado 6 de mayo acusado de extorsionar a un empresario. Salió dos meses después.

Según el vicepresidente de la Asociación de Buses Urbanos, Luis Gómez, la única ruta que se encuentra permanentemente custodiada por agentes y miembros del Ejército de las fuerzas combinadas es la ruta 65. Esta recorre toda Santa Fe, zona 13, para la zona 6, Barrio San Antonio.

Gómez asegura que desconocen algún plan de ayuda que les estén brindando por parte de la Policía Nacional Civil (PNC), sin embargo, tiene conocimiento de la realización de investigaciones en las calles para esclarecer los casos de asesinatos de sus compañeros.

Las autoridades de la PNC implementaron el plan Arcoiris para contrarrestar la muerte de pilotos de buses urbanos, explicó Donald González, vocero de la PNC. Hasta el 11 de noviembre tenían registrados 65 asesinatos de conductores del servicio colectivo, cifra que no coincide con los 123 contabilizados por la AEAU. En la actualidad, la Policía ha implementado varios operativos con agentes encubiertos e investigadores. Ayer fue realizado un allanamiento en la zona 13, donde se detuvo a Roberto Fino Arévalo y un menor de edad, sindicado del ataque armado contra un autobús urbano en octubre.

Trabajo de piloto urbano
Don Jorge puede hablar con propiedad sobre la violencia contra pilotos, ya lleva 48 años, de los 72 que tiene, trabajando en el transporte público y siempre ha dado dinero a los delincuentes que piden. Sin embargo, desde hace diez años, el pago ya no es “de Q0.10 y si uno quería, ahora se paga para seguir viviendo”, dice con nostalgia. En su vida como piloto ha visto caer a varios de sus compañeros que prestan el servicio de Mixco hacia la zona 1, en especial en los últimos dos años, donde han aumentado los crímenes contra sus colegas. En la Policía se ha determinado que son pandilleros, pero tienen fuertes sospechas que hay un grupo ajeno interesado en desestabilizar el orden.

El conductor cuenta que diariamente tiene que entregar Q35 a los extorsionistas y un pago semanal de Q100, para seguir trabajando y peor aún para salvar su vida. Si don Jorge ha vivido tanto, se lo debe a la capacidad de tomar las cosas con calma y ser inteligente.

Sin embargo, no todos los conductores tienen esta capacidad, según constató elPeriodico cuando habló con varios de ellos en distintos puntos del área metropolitana. Varios se resisten a hablar del asesinato de conductores por temor a que su comentario pueda molestar a los que les piden dinero. Los que se animan a hablar dicen que salen a trabajar con “miedo”, que aumenta cada vez que escuchan que uno de ellos ha sido asesinado.

El propietario de un autobús de Villa Hermosa cuenta que desde hace cuatro meses no consigue quien le maneje el vehículo, por ello ha optado por trabajarlo él. Refiere que hace diez años comenzó en este negocio y que a diario debe cancelar Q105 para cubrir la ruta. “Cada vez que salgo de mi casa me despido de mis tres hijos y mi esposa, porque no sé si voy a regresar. Mi horario de trabajo es de 6:00 a 19:00 horas lo más tarde, porque después de esa hora se arriesga todo. Mi mamá y hermanos me dicen que deje de manejar, espero hacerlo en diciembre”, dice Alfonso Acuña.

Conforme la violencia ha aumentado en este sector, los pilotos explican que así ha disminuido el número de camionetas del servicio público en áreas como: zona 6, 13 y Mixco. Para la Asociación de Buses Urbanos no existe zona específica en donde ocurra más violencia hacia los pilotos, pues reciben extorsiones tanto en el recorrido de las rutas como en los extremos de la capital.

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