lunes, 17 de marzo de 2008

A Pronade le queda poco tiempo de vida

Prensa Libre
Regina Cáffaro de Moreno, ex directora de Pronade.


El Congreso aprobó Q300 millones para incluir en el presupuesto del Ministerio de Educación al menos a 14 mil maestros que hasta ahora eran parte del Programa Nacional de Autogestión Educativa (Pronade), un cambio que se producirá en las próximas semanas y que hará que la participación de la comunidad desaparezca; como afirma la ministra Ana Ordóñez de Molina, “Pronade dejará de ser Pronade”.

La medida de trasladar a los maestros de Pronade al renglón 0-11, como personal permanente de la cartera de Educación, lleva implícita la desaparición del modelo de autogestión, aunque hasta ahora las autoridades se habían empeñado en negarlo.

Ana Ordóñez de Molina, ministra de Educación, afirmó que el Pronade ha contribuido con la ampliación de cobertura en educación, mas no con la calidad, y aseguró que la participación de los padres —aspecto que para los expertos en el tema era la clave del éxito de ese modelo— no es conveniente, pues “éstos no cuentan con la capacidad para supervisar a los maestros”.

Lo que tanto preocupaba a los padres de familia se concretará en las próximas semanas. A partir de entonces, el Ministerio de Educación será no solo el encargado de pagar el sueldo de los maestros, sino también de supervisar el desempeño de otros 14 mil docentes, una tarea que dicha cartera nunca ha logrado desempeñar con eficiencia.

¿Quién vigila?
“En el momento en que el Ministerio asigne plazas fijas a los maestros, se termina el Pronade, que desde hace 15 años involucró a los padres de familia en la autogestión y desarrollo de sus comunidades”, dijo Arabella Castro de Paiz, ex ministra del ramo.

Castro, quien ejerció ese cargo durante la administración del presidente Álvaro Arzú, reconoció que el Ministerio de Educación no tiene la capacidad para evaluar adecuadamente a los docentes en las escuelas, menos en comunidades alejadas.

“La autogestión involucraba a los padres, como nunca se ha hecho en las escuelas regulares. El Pronade era un ejemplo de desarrollo comunitario y de la participación de los padres. Ahora, sin esa posibilidad, el programa se va a convertir en una escuela más del sistema regular”, añadió Castro.

María del Carmen Muñoz, vicepresidenta del comité de padres del caserío El Rosal, San Agustín Acasaguastlán, El Progreso, puede dar fe de esto.

“Antes, teníamos otra maestra, pero le salió una plaza en el Ministerio y nos dejó. Nuestros hijos tenían que ir a otras escuelas, porque así los maestros ya no se comprometen”.

Las plazas para laborar con Pronade no han sido del interés de la mayoría de docentes, debido a que las comunidades donde funcionan estas escuelas están muy alejadas. Los maestros, en su mayoría, pertenecían a la comunidad y vivían cerca.

Al presupuestar al maestro, también cambia la forma en la que éste se va a contratar, y limita la participación de los padres de familia, quienes no podrán decidir ni evaluar su desempeño.

El Pronade nació en 1993 como alternativa para comunidades donde no había escuela y donde los padres se organizaron para administrar los recursos, contratar a los maestros y preparar la refacción escolar.

La pedagoga Regina Cáffaro de Moreno, quien fue directora de Pronade y renunció al Ministerio de Educación en enero de este año —por no estar de acuerdo con los cambios al programa—, señaló que las autoridades deben evaluar esa promesa de campaña, y pensar en medio millón de menores que reciben educación en esas escuelas. “Deben hacer un análisis sobre los aspectos positivos que daba a la población educativa la participación de los padres”, consideró.

La profesional afirmó que es necesario mejorar las condiciones laborales de los maestros de ese programa, pagarles prestaciones y agilizar el pago para que lo reciban cada mes y no cada tres meses como ocurre ahora, pero se deben buscar otros mecanismos para que los padres no pierdan el control, pues Educación no tiene la capacidad para evaluar el desempeño de los maestros y, en muchos casos, los docentes han “alquilado la plaza” y no cumplen con sus obligaciones.

“Los padres aprobaron al maestro, lo supervisaron y por esa confianza mandaron a sus hijos a la escuela”, señaló Cáffaro de Moreno. “El programa necesita mejorar las condiciones de los docentes, pero no implica quitar a los padres el control de la escuela. Eso va a generar desorden y poco control”, concluyó.

Pasos legales
De acuerdo con un informe elaborado por Otto Efraín De León Ortiz, del Jurado Nacional de Oposición, para las autoridades de Educación, todas las escuelas de Pronade —que actuaban de forma descentralizada porque manejaban sus propios recursos— deberán ser declaradas escuelas oficiales, antes de solicitar la creación de puestos en la Oficina Nacional de Servicio Civil.

El reporte añade: “Los nombramientos no pueden hacerse automáticamente para los maestros que actualmente trabajan en Pronade, ya que se debe cumplir con la ley que establece un proceso de selección a través de un proceso de oposición”.

1 comentario:

Selvin G. Ventura Rodriguez dijo...

Es triste ver como un programa que ha avanzado a pasos agingantados, ahora se derrumbe, con la salida de Regina Caffaro de Moreno, dio un paso a que el programa tenga una pendiente peligrosa, si nos unimos padres de familia, y ponemos a esos maestros que desean ganarse el dinero suave, sin asistir a clases, y disfrutar de cualquier feriado, dejando a nuestros hijos sin educacion, jamas dejaremos ese bendito lugar de analfabetismo que ahun conservamos para nuestro pais.

Mis deseos y de muchos padres de familia, es que nosotros decimos por nuestros hijos, y decidimos donde estudiaran, y mientras exista una escuela de pronade se que existira un avance a nuestra comunidad, que jamas fue vista por el gobierno central, sino fue vista por el Pronade.

Adelante el Pronade, todos los padres de familia los apoyamos