jueves, 1 de noviembre de 2007

CRIMINALES ACCIONAN CON IMPUNIDAD

Presidios combate problema vigilando a bandas en 5 prisiones
Por: Prensa Libre

Los grupos del crimen organizado operan con impunidad en cinco penales del país, desde los cuales planifican secuestros, robo de vehículos, ejecuciones, extorsiones y venta de drogas; para combatir ese problema se hacen traslados de reos y se intensificó la vigilancia en las cárceles.

El Centro de Detención Preventiva, zona 18; la Granja Penal Pavón, Fraijanes; el Infiernito, Escuintla; la Granja Penal Cantel, Quetzaltenango, y El Boquerón, Santa Rosa, son las prisiones que están bajo la lupa de las autoridades, luego de que se detectara que gran parte de los delitos que son cometidos por bandas organizadas son coordinados desde esas cárceles.

Las autoridades se enfrentan a la paradoja de que los éxitos de las detenciones de delincuentes son sólo una alegría momentánea, ya que siguen operando tras las rejas. Aunque esto no es una novedad, el Ministerio de Gobernación cree que esas acciones delictivas se han intensificado en los últimos meses.

El repunte de secuestros en la capital y en los departamentos de San Marcos y Quetzaltenango tiene su origen en la cárcel el Infiernito, donde están recluidos los jefes de algunas de las bandas. De hecho, el Ministerio Público ha acusado directamente al reo Egidio Ovalle de estar detrás de los plagios.

Las extorsiones provienen principalmente de El Boquerón y Cantel. De hecho, los miembros de la coordinadora de reos de la cárcel de Quetzaltenango tuvieron que ser trasladados a otros penales, el mes recién pasado, después de que se comprobaran las acusaciones en su contra.

Según Margarita Castillo, directora del Sistema Penitenciario (SP), las denuncias que los propios reclusos presentaron en la dirección, y las que fueron canalizadas por medio del número telefónico 110 de la Policía, sirvieron como base para la investigación.

“Los traslados son la medida más inmediata que tenemos, ya que las investigaciones penales llevan más tiempo, y en muchos casos los denunciantes ya no se animan a declarar ante el fiscal”, afirmó Castillo.

La funcionaria es consciente de que el cambio de cárcel no soluciona el problema. “Lo ideal sería que hubiera una prisión de máxima seguridad donde los líderes del crimen organizado pudieran estar aislados, pero este cometido ya le quedará al próximo gobierno”, aseveró.

Las muertes por encargo son de los delitos más graves que están siendo gestionados desde la prisión. Estos casos suelen generarse desde centros de detención preventiva. Los jefes de los grupos contratan a un reo que acaba de ser detenido, para que cuando salga lleve a cabo el ajuste de cuentas.

Las cárceles desde las que se organiza el robo de vehículos varían, ya que depende de dónde estén recluidos los jefes de esas bandas.

Esta situación ha obligado a las autoridades de Presidios y de la Policía a reunirse una vez a la semana, para analizar todas las denuncias y los casos, y en consecuencia, definir qué presos tienen que ser trasladados.

“Sin la tecnología de seguridad y sin nueva infraestructura es complicadísimo mantener a estos grupos inactivos”, sentenció la funcionaria.

Pero más difícil es todavía volverlos a juzgar por un nuevo delito cometido desde la prisión, por ello los reos están más protegidos delinquiendo dentro del penal.

Asesinar a otro recluso es uno de los pocos casos en que el MP ha abierto una nueva causa contra un preso.

De hecho, después de las graves acusaciones sobre cómo operaban las bandas desde Pavón, y la posterior intervención armada de las fuerzas de seguridad para desalojarlos, no fue iniciada ni una sola investigación en contra de los presos, supuestos dirigentes de ese penal.

Intentos fallidos

Por más que el gobierno de Óscar Berger se ha afanado en buscar la fórmula para impedir que los reos sigan delinquiendo, los intentos han sido en vano.

Los aparatos de bloqueo de señal de celular nunca funcionaron al cien por cien, el sistema de cámaras y de detector de metales de el Infiernito sigue inoperante, la corrupción entre los guardias de Presidios es el pan de cada día, y las cotidianas requisas que se llevan a cabo en los centros sólo son un paliativo, ya que a los dos días los reos vuelven a disponer de teléfonos y objetos prohibidos.

Faltan planes

Según Carmen Aída Ibarra, de la Fundación Myrna Mack, el problema de los penales, y de la seguridad en general, es que no hay un combate sostenido ni una estrategia integral diseñada para el mediano y el largo plazos.

“Lo que le han dado a la opinión pública son hechos coyunturales, porque éstos causan mucho revuelo, como la toma de la Granja de Rehabilitación Pavón, pero luego se retiran las fuerzas de seguridad y dejan la situación inconclusa, por lo que las redes vuelven a unificarse”, señaló.

Ibarra aseguró que las cárceles están en esa situación desde hace décadas, y por más que este gobierno haya querido dar a entender que estaba solucionando el problema, no ha sido así.

“El próximo gobierno tendrá que llevar a cabo una estrategia integral, y otorgarle el presupuesto suficiente para implementar las medidas de seguridad”, añadió.

La analista afirmó que “la falta de coordinación” de la Policía, Presidios y el Ministerio Público para efectuar las investigaciones de lo que sucede en los penales es “imperdonable
”.

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