Prensa Libre
Una investigación efectuada por Actionaid International Guatemala reveló que cientos de niñas de entre 7 y 15 años de edad, en ocho municipios del país, son víctimas de insultos, golpes, amenazas y abuso sexual, en la escuela, un lugar donde presuntamente se debería salvaguardar su integridad física y emocional.
El estudio estuvo a cargo de tres investigadoras, quienes entrevistaron a 504 niñas, en La Libertad, Petén; Tacaná, San Marcos; Chiquimulilla, Santa Rosa; San Carlos Alzatate, Jalapa; Ixcán, Quiché; Chisec, Alta Verapaz; Puerto Barrios, Izabal, y Guatemala.
Las estudiantes, que asistían regularmente a clases, contaron que las pequeñas suelen ser víctimas de violencia física, psicológica y abuso sexual.
“Nos afecta más la violencia, por ser mujeres”, o “Las niñas sufren más, porque las violan los padrastros y hasta los propios hermanos”, expresaron las entrevistadas, lo cual pone en evidencia la magnitud del problema, de acuerdo con Marlen Grajeda, responsable del trabajo de investigación.
“Los comentarios reiterados llevan a inferir que en muchos momentos de su vida cotidiana las niñas se sienten amenazadas en su integridad física, e invadidas en su libertad e intimidad, principalmente por personas que se relacionan a diario con ellas y que les son muy cercanas”, refirió Grajeda. Agregó que entre los agresores están compañeros de clase, maestros y los propios padres.
Insultos, bromas y más
La investigación estableció que los compañeros de clase resultan ser los principales victimarios. Suelen agredir a las niñas, emocional y físicamente, explicó Grajeda.
En cuanto a violencia psicológica, 55 de cada cien entrevistadas afirmaron que los niños las insultan, 46 son blanco de bromas pesadas, y 40 son amenazadas.
“Brutas, pollas, greñudas, tontas, brujas, pendejas, gorda panzona, ofrecida, pobre, y cualquiera”, son algunos calificativos que sus compañeros les endilgan a las menores, en el aula, añadió.
Agresión cotidiana
Respecto de la violencia física, las niñas se quejaron de que las empujan, las golpean, las patean o las pellizcan, y son víctimas de abusos sexuales.
“El estudio demostró que 22 de cada cien niñas sufren abuso sexual. Éstas revelaron que los niños y los maestros las “tocan” de manera inapropiada”, dijo Grajeda.
Rosario Escobedo, representante del Sector de Mujeres, expresó que el estudio aporta una visión cualitativa y cuantitativa del problema que afrontan las niñas en el país. “Resulta alarmante que ellas son las que menos acceso tienen a la educación, y quienes van a la escuela deben soportar agresiones y violencia que coartan su desarrollo integral”, opinó.
“A la infelicidad de la pobreza deben sumar la infelicidad de acudir a la escuela. Si el centro educativo sirviera como corresponde, las niñas deberían sentirse felices y seguras”, dijo Francisco Cabrera, del Proyecto de Desarrollo Santiago.
Para Cabrera, el Ministerio de Educación debe implementar políticas para enfrentar el problema, y crear una unidad desde la cual se impulse la equidad de género, entre otros valores.
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