viernes, 2 de noviembre de 2007

NO TODOS TUVIERON SUS FLORES


Afluencia de gente a cementerios fue menor esta vez
Por: Prensa Libre

Los pasillos del camposanto La Verbena, zona 7, lucían medio vacíos ayer, talvez como consecuencia del alto costo de las flores y de los adornos. (Foto PL: Esbin García).

Los cementerios de la capital no recibieron ayer la masiva afluencia acostumbrada en el Día de Todos los Santos. Los visitantes fueron llegando de manera paulatina; unos, para honrar a sus muertos, y otros, para disfrutar del asueto.

La naturalidad con que se acoge la muerte en el país permite ver todo tipo de imágenes curiosas en los cementerios. Desde mariachis cantándoles canciones de amor a los difuntos, hasta carpas de venta de cerveza ubicadas justo enfrente de los nichos.

Algunos pasillos de los camposantos, como el de La Verbena, zona 7, o el Cementerio General, zona 3, lucían vacíos.

La imagen de tumbas perfectamente engalanadas contrastaba con las que daban muestra de años de abandono y olvido.

Las flores están caras

“Vengo porque mi madre está aquí enterrada y ella era lo más importante para mí. Pero todo está muy caro, y talvez por eso la gente ya no viene”, expresó Ana María García, mientras preparaba un ramo de flores en La Verbena.

Las familias gastaron un promedio de Q100 para engalanar la tumba de sus seres queridos. El precio de los ramos de flores oscilaba entre los Q10 y los Q20, las cruces de duroport valían Q15 y la mano de obra para arreglar panteones no bajaba de Q10.

Alrededor del negocio de la muerte también hubo otros que quisieron sacar provecho con la venta de todo tipo de útiles y de juegos para niños.

Hasta los políticos

Los políticos no se quedaron atrás en esta ocasión. En la vía de entrada del Cementerio General, y dentro de éste, simpatizantes del Partido Patriota regalaban banderas.

La Unidad Nacional de la Esperanza fue más práctica, y entregó a los vendedores gabachas de ese partido y bolsas para dar a los compradores.

Asimismo, se pudieron observar volantes de la ya común campaña negra contra Álvaro Colom.

Pero hay quienes, pase el tiempo que pase, cueste lo cueste, siempre llegan a visitar a sus difuntos.

Cecilia Cano aún llora al recordar la muerte de su hijo de 11 meses, José Valle, quien ahora tendría 24 años. Toda la familia lo tuvo muy presente, ayer, como cada año.


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