viernes, 3 de agosto de 2007

MAQUILAS DEFINEN UN NUEVO MODELO

En un esfuerzo por reducir la pérdida de contratos a manos de empresas chinas, el sector de vestuario y textil en Centroamérica y EE.UU. acordó ayer volcarse hacia una nueva estrategia: la moda veloz o fast fashion.
Este nuevo modelo no sólo requerirá que las empresas se especialicen en productos de moda, sino que los despachen de forma rápida que la acostumbrada y trabajen más pedidos aunque de menores cantidades.
Esta y otras necesidades fueron detectadas ayer durante la Conferencia del Vestuario de las Américas (ACA, en inglés), reunión de tres días en la que participaron más de 140 empresarios de EE.UU. y sus principales socios comerciales de Latinoamérica, en Antigua Guatemala.


Sector se ajusta

Carlos Arias, gerente general de Koramsa, una de las fábricas más grandes del Istmo, explicó que el sector está en “un proceso de ajuste”, que luego de la plena entrada de China a los mercados en 2005, ha llevado al declive y cierre de algunas maquilas.
El empresario explicó que si bien 30 por ciento de las empresas del sector languidecen por “el efecto China”, 70 por ciento restante tiene perspectivas de crecimiento.
“Por eso necesitamos nuevas estrategias que puedan consensuarse con nuestros principales compradores en Estados Unidos”, agregó Arias.
El empresario señaló que con un modelo tipo fast fashion, Guatemala podrá atender las necesidades de grandes clientes en EE.UU.
Carla Caballeros, directora ejecutiva de la Comisión de Vestuario y Textiles de Guatemala (Vestex), explicó que con esta estrategia las prendas podrían sufrir cambios súbitos en la propia línea de producción, para atender la demanda y tendencias de venta en las cadenas de tiendas estadounidenses.
Esta figura también abriría oportunidades de empleo en áreas que tradicionalmente están subutilizadas, pero que requerirán mayor especialización de los operarios, apuntó Caballeros.
Otra de las inquietudes del empresariado nacional es que para ser más competitivos, el país tendría que explorar las oportunidades del “empleo parcial” para evitar el incremento en los tiempos ociosos de las líneas.
Según datos de Vestex, hasta el noveno mes de 2006, habían 90 mil personas empleadas en el sector de confección. Estas personas laboran en 200 fábricas en todo el país, que a su vez generan otros empleos indirectos.

El efecto TLC

Roberto Bequillard, director ejecutivo de The Argus Group, una de las empresas de vestuario y confección con más presencia en la región, refirió que sin el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. la reunión de la ACA no sería posible.
Bequillard explicó que los efectos del acuerdo no serán instantáneos, pero ayudará a consolidar estrategias, como la de la moda rápida.
El empresario proyecta que Centroamérica pueda mantener una presencia de entre 20 y 25 por ciento en el mercado estadounidense.
Sin embargo, además de nuevas estrategias, el Istmo necesita más inversiones en hilaturas y telas, así como rebajas en los costos de electricidad y normas laborales más flexibles, apuntó.
Bárbara Mounsey, presidente de Gerson and Gerson, una tienda de ropa para niños, explicó que EE.UU. quiere diversificar al máximo sus proveedores de vestuario y no sólo depender de China.
Para la empresaria estadounidense será importante que estas políticas del sector vayan acompañadas por mejoras en la infraestructura y competitividad del país.

Monto

291 millones de dólares fueron las exportaciones del país a EE.UU. de vestuario a marzo de este año.

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