lunes, 6 de agosto de 2007

PODER DE MAFIOSOS RESURGE EN PAVÓN

Poder de mafiosos resurge en Pavón Reos Daniel Oswaldo Fuentes Celada y Jorge Mario Moreira, el Marino, se disputan control de cárcel; Existe libertad para extorsiones y venta de drogas; reclusos temen enfrentamiento entre bandos

La toma de la Granja Modelo de Rehabilitación Pavón, en septiembre del 2006, por las fuerzas de seguridad -al parecer- sirvió de mucho. Con el regreso de los reos a ese presidio resurgió la venta de droga y las extorsiones contra los reclusos y la ciudadanía, según denuncias de los propios presos a Prensa Libre.
Daniel Oswaldo Fuentes Celada, sentenciado por narcotráfico, y Jorge Mario Moreira, alias el Marino, condenado por secuestro, dirigen dos grupos que ahora se pelean por el control de esa cárcel, revelan los afectados.
Margarita Castillo, directora del Sistema Penitenciario, admitió que ha recibido denuncias anónimas respecto de que Fuentes y Moreira son responsables de la venta de drogas y las extorsiones.
“La gente tiene miedo de denunciar y dar su nombre, por represalias, a pesar de que hemos ofrecido traslados, apoyo con jueces y seguridad”, dijo la funcionaria.
Castillo aseguró que no se puede hablar de que la mafia tenga el control de Pavón. Eso sí, admitió: “Están haciendo acciones para retomar el control. Tenemos información de que, efectivamente, están extorsionando en Pavón, pero se dificulta la investigación”.
La funcionaria agregó que, de comprobarse la participación de Fuentes Celada y Moreira en esas presuntas acciones ilícitas, serán procesados.


Copados

Los reos explicaron que la semana pasada el Marino amenazó a un grupo de reos trabajadores y les exigió dinero, a cambio de no golpearlos o asesinarlos.
“Aquí, en Pavón, la cosa está difícil, porque ya nos empezaron a extorsionar, ya venden drogas y guaro clandestino. Todas las noches vienen camiones a tirar marihuana para el Marino y para Fuentes”, confiesa uno de los informantes, que prefirió omitir su nombre.
Otros reclusos dijeron que Pavón podría ser escenario de un enfrentamiento entre presos que respaldan a Celada y los que colaboran con el Marino. Agregaron que ambos quieren manejar el control de esa cárcel, pues desde ahí se puede distribuir droga a otras prisiones.
La directora penitenciaria sostuvo que para controlar a los reclusos efectúan dos conteos diarios. “Luego, los internos pasan a sus respectivos sectores”, explicó.
Esos presidiarios, según fuentes del penal, tienen la venia y el respaldo de dos militares vinculados a la seguridad del Sistema Penitenciario. Uno de ellos, incluso, fue compañero de estudios de Fuentes Celada, y son de la misma promoción castrense: la 103.
La directora Castillo advirtió que si se detectara que algún funcionario penitenciario ha colaborado con los reclusos se procederá de acuerdo con la ley. “Nuestra responsabilidad es preservar la vida de los reos. Hacemos un llamado para que denuncien estos hechos y así combatir este tipo de acciones ilegales”, recalcó.

Antecedentes

Fuentes Celada, ex teniente del Ejército, está sentenciado a 12 años de prisión, por narcotráfico.
Antes de que Presidios retomara Pavón, Fuentes fue mencionado como uno de los líderes de la mafia en ese penal. Luego fue trasladado a Pavoncito, donde lo denunciaron dos funcionarios, por amenazas de muerte.
Volvió a Pavón, y ahora los reos lo acusan de vender y distribuir droga a otras prisiones, con el apoyo de jefes del penal.
El Marino había sido trasladado a la Cárcel de Alta Seguridad de Escuintla, cuando autoridades penitenciarias descubrieron que en el taller, a cargo de él, escondían vehículos robados.
También supieron que fue el responsable del secuestro de la hija del ex gerente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social César Sandoval.
Tras la pesquisa, se estableció que el Marino manejaba una serie de negocios en esa cárcel, dirigía plagios y planificaba asaltos bancarios.
El recluso regresó a Pavón, pues su lugar en Escuintla fue asignado a Byron Lima Oliva, quien fue trasladado de Pavoncito a ese lugar.

Operativo y acusación

En septiembre del 2006, las fuerzas de seguridad ingresaron en Pavón, en un escenario de al menos ocho manzanas de terreno, y desmantelaron viviendas formales, champas y casas, que utilizaba el comité de orden y disciplina para ejercer el control y dirigir acciones ilegales.
Durante el operativo murieron siete reos, en presunto enfrentamiento con la Policía.

¿Ejecución extrajudicial?

Informe controvertido.
Tres meses después del operativo en Pavón, el procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, dio a conocer que había evidencias de que durante la recuperación de la cárcel de Pavón se cometieron siete ejecuciones extrajudiciales.
Señaló que en los procedimientos se cometieron abusos contra los reos. Los asesinados fueron José Tiniguar, Mario Castillo, Érick Mayorga Guerra, Jorge Batres Pinto, Carlos Barrientos Vásquez, Gustavo Correa Sánchez y Luis Zepeda.
En el documento ¿Estado de Derecho o impunidad?, Morales hace ver que, si bien, retomar el control del presidio era necesario, los métodos utilizados violaron los derechos fundamentales.
Señala que varios reos fueron separados de las filas por agentes, cuando éstos los tenían bajo su control, y llevados a otro sitio, donde, posteriormente, aparecerían sus cadáveres. Según testimonios, policías encapuchados tenían una lista y fotografías de unas 25 personas, que eran apartadas de las filas.

Perfiles: Reos con antecedentes

Moreira y Fuentes han delinquido desde la cárcel.
En noviembre de 1999, autoridades le encontraron dos celulares a Fuentes, en la cárcel Canadá, Escuintla, presuntamente proporcionados por el director de esa prisión. Los aparatos, según el expediente penitenciario, servirían para planificar su fuga. Fue vinculado con la venta y distribución de drogas en otras prisiones.
Moreira ha sido relacionado con plagios, extorsiones, robo de vehículos y asaltos bancarios.
Desde Pavón, Moreira dirigió el secuestro de la hija del ex gerente del IGSS, detenido en esa cárcel.

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