miércoles, 1 de agosto de 2007

LA SOMBRA DEL DOPAJE

Guatemala no es ajena al uso de sustancias

El consumo de sustancias prohibidas, un tema de moda en el deporte a nivel mundial, ha vuelto a alcanzar a atletas guatemaltecos. La última de ellas, la pesista Élida Magdalena Cojóm, quien fue sancionada con dos años de inactividad por el uso de boldenona.
A Cojóm le fue comprobado el uso de la sustancia en un control efectuado en mayo de este año, cuando participó en la Copa Guatemala.
El contraanálisis que la Federación Nacional de Pesas solicitó de la primera prueba efectuada a Cojóm durante el evento, confirmó el positivo.
Por este motivo, la atleta fue inhabilitada de toda competencia por los próximos dos años.
La suspensión impidió a Cojóm asistir a los Juegos Panamericanos de Río 2007, a los que había clasificado para competir en la categoría de hasta 53 kilos.
Además, la Federación de Pesas fue sancionada con el pago de US$2 mil (más de Q15 mil), el cual efectuó antes de los Juegos para permitir la participación de Wellinton Pec y Cristian López.

Segundo caso

Para la halterofilia, el positivo de Cojóm es el segundo registrado en menos de un año durante la gestión de José Antonio Coro como presidente de la Federación de ese deporte.
En agosto del año anterior, la Federación Internacional sancionó a Ogla Ruano tras comprobar que utilizó estanozolol durante el Campeonato Panamericano disputado en Guatemala.
La suspensión impidió a Ruano competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, realizados en Cartagena, Colombia.

De nuevo boldenona

Por tercera ocasión en los últimos meses, la sustancia (de consumo veterinario) ha aparecido en pruebas efectuadas a deportistas nacionales.
La boldenona es utilizada como un esteroide anabólico para el incremento de la masa muscular, fuerza y velocidad, antes de una competencia.
Los casos anteriores involucran a Maynor Dávila (diciembre de 2005) y David Espinoza (mayo de 2007), futbolistas de Liga Nacional.

SOS del ciclismo

Los escándalos que han salpicado al Tour de Francia 2007 han obligado a pensar a la organización en un nuevo modelo de competición, con otros planteamientos que corten el imparable deterioro de un deporte lastrado por el dopaje y por el conflicto con la Unión Ciclista Internacional (UCI).
El Tour empezó en Londres con la incertidumbre de que todos los corredores firmaran la carta ética de la UCI y finalizó en París tras días marcados por expulsiones y positivos por dopaje.
El ciclismo está enfermo, en una situación límite. La carta ética se la han saltado algunos corredores, como el favorito inicial, el kazajo Vinokourov, quien abusó de la testosterona.
El doble escándalo de Rasmussen, con su doble negativa a los controles sorpresa y su expulsión del equipo por inventarse un viaje a México, recuperó la escena del Tour 98, cuando el Festina protagonizó el primer escándalo.
En medio la UCI, punto de mira de la ira del Tour. Tanto el caso Rasmussen como el del alemán Sinkewitz, otro que dio positivo por testosterona, hubieran sido evitables si el máximo organismo internacional hubiera informado antes de lo que ya sabía.
El italiano Cristian Moreni aportó su granito de la citada sustancia para embarrar otro poco el ambiente. Conclusión, la carta ética resultó papel mojado.-EFE.

Dura realidad

En los últimos años, en el deporte nacional, varios han sido los casos de dopaje con duras consecuencias para los atletas implicados.
Prueba de lo anterior es lo sucedido con el tirador Enrique Brol, despojado de dos medallas de oro obtenidas en los Juegos CA y del Caribe 2002 y del ciclista Lizandro Ajcú, a quien se le retiró el título de la Vuelta a Guatemala 2004.
Sin embargo, el problema que persiste es la imposibilidad de las autoridades para dar con los responsables de la distribución de sustancias prohibidas entre los deportistas.
“El uso de sustancias en el deporte está siempre presente, sólo que en algunos países es más evidente que en otros”, explicó Rafael Robles, integrante de la Comisión Médica de la Organización Deportiva Panamericana.
La situación se aplica a los casos de Cojóm, Espinoza y Dávila, en los que el denominador común es el consumo de boldenona.
“Dependiendo de quién las administre, se da una repetición de sustancia, pero el problema es que no sabemos nunca quién la está distribuyendo”, finalizó Robles.

Magda Cojóm

La pesista protagonizó el último caso en la Copa Guatemala 2007. Se comprobó que consumió boldenona.

David Espinoza

El jugador del campeón Xelajú MC también dio positivo por boldenona y está a la espera de conocer su sanción.

Édgar Och

Cumplió una sanción mínima tras resultar positivo por Triamcinolona Acetonida en la Vuelta a Guatemala 2006.

Maynor Dávila

En 2006, cuando jugaba para Comunicaciones, haber utilizado boldenona le costó seis meses de suspensión.

Ogla Ruano

Cumple con una suspensión de dos años por haber consumido estanozolol en el Campeonato Panamericano 2006.

Lizandro Ajcú

Fue despojado del título de la Vuelta a Guatemala 2004 por uso de EPO. Junto a él fueron castigados otros tres ciclistas.

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