El regreso del ex general podría alterar el equilibrio político de Paraguay.
Este jueves, a las 11:47 de la mañana en Asunción, el ex general Lino Oviedo salió de la cárcel.
Oviedo pasó tres años en la prisión militar Viñas Cué por intento de golpe de Estado en 1996, aunque se considera que cumplió más de la mitad de su pena, tomando en cuenta el tiempo que pasó preso en Paraguay y prófugo en Brasil.
Según el coronel Carlos Liseras, titular de la corte militar que determinó su libertad condicional, "la decisión fue unánime y es inapelable".
Sin embargo, la determinación del tribunal no implica un perdón, lo cual podría complicar los planes de los partidarios del ex general, a quien consideran candidato ideal para las elecciones presidenciales de 2008.
La constitución paraguaya inhabilita a los jefes militares o los caudillos civiles de un golpe de Estado para presentarse como candidatos a puestos públicos durante dos períodos constitucionales sucesivos.
Pero la libertad de Oviedo podría cambiar los equilibrios políticos del país, que se prepara para elegir presidente en abril del año próximo.
Denuncian pacto
Hasta el momento, el favorito es el ex obispo católico Fernando Lugo, cuyos simpatizantes podrían pasarse a las filas de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), que preside Oviedo.
El arquitecto Félix Argaña, hijo del ex vicepresidente Luis María Argaña, considerado uno de los principales adversarios políticos de Oviedo, le dijo a la prensa paraguaya que la libertad del ex militar "es una impunidad".
Argaña era vicepresidente cuando personas desconocidas lo asesinaron en 1999, y muchos atribuyeron a Oviedo la autoría intelectual del crimen.
El hijo de Argaña aseguró que el presidente Nicanor Duarte Frutos intervino para lograr la libertad de Oviedo.
"Lamentablemente la justicia y el poder llevan a extremos donde la vida se convierte en una moneda de cambio que nos paga ahora Nicanor con una tremenda ingratitud", dijo Argaña.
El presidente Duarte -que como jefe supremo de las fuerzas armadas debe recibir el informe del tribunal militar- declinó hablar sobre el tema.
"Voy a pedir el informe y luego hablamos. Voy a hablar primero con la Corte Suprema de la Justicia Militar, una vez que tenga la información vamos a hablar", le señaló el mandatario a la prensa de su país.
Duarte está en su ciudad natal, que quizá por ironía del destino se llama Coronel Oviedo.
Oviedo pasó tres años en la prisión militar Viñas Cué por intento de golpe de Estado en 1996, aunque se considera que cumplió más de la mitad de su pena, tomando en cuenta el tiempo que pasó preso en Paraguay y prófugo en Brasil.
Según el coronel Carlos Liseras, titular de la corte militar que determinó su libertad condicional, "la decisión fue unánime y es inapelable".
Sin embargo, la determinación del tribunal no implica un perdón, lo cual podría complicar los planes de los partidarios del ex general, a quien consideran candidato ideal para las elecciones presidenciales de 2008.
La constitución paraguaya inhabilita a los jefes militares o los caudillos civiles de un golpe de Estado para presentarse como candidatos a puestos públicos durante dos períodos constitucionales sucesivos.
Pero la libertad de Oviedo podría cambiar los equilibrios políticos del país, que se prepara para elegir presidente en abril del año próximo.
Denuncian pacto
Hasta el momento, el favorito es el ex obispo católico Fernando Lugo, cuyos simpatizantes podrían pasarse a las filas de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), que preside Oviedo.
El arquitecto Félix Argaña, hijo del ex vicepresidente Luis María Argaña, considerado uno de los principales adversarios políticos de Oviedo, le dijo a la prensa paraguaya que la libertad del ex militar "es una impunidad".
Argaña era vicepresidente cuando personas desconocidas lo asesinaron en 1999, y muchos atribuyeron a Oviedo la autoría intelectual del crimen.
El hijo de Argaña aseguró que el presidente Nicanor Duarte Frutos intervino para lograr la libertad de Oviedo.
"Lamentablemente la justicia y el poder llevan a extremos donde la vida se convierte en una moneda de cambio que nos paga ahora Nicanor con una tremenda ingratitud", dijo Argaña.
El presidente Duarte -que como jefe supremo de las fuerzas armadas debe recibir el informe del tribunal militar- declinó hablar sobre el tema.
"Voy a pedir el informe y luego hablamos. Voy a hablar primero con la Corte Suprema de la Justicia Militar, una vez que tenga la información vamos a hablar", le señaló el mandatario a la prensa de su país.
Duarte está en su ciudad natal, que quizá por ironía del destino se llama Coronel Oviedo.
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