Clientelismo en trámites del CIV

Prensa Libre

Jorge F. Cáceres, director de Precalificados, ofreció investigar y corregir irregularidades.

El Registro de Precalificados, del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), fue señalado ayer de favorecer a empresas de familiares de quienes integran la Junta Calificadora, aunque no cumplan con requisitos legales.

El presidente de la Comisión legislativa de Comunicaciones, Noé Orellana, afirmó que Eduardo Daccarett, Byron Rodolfo Chinchilla y Jorge Alfonso Estrada —vocales de la Junta Calificadora— “han actuado de forma clientelista”, al autorizar o actualizar la inscripción de empresas que no reúnen las calidades necesarias para ello o que presentaron información falsa.

El Registro de Precalificados es el que determina qué empresas son aptas para participar en las licitaciones de obras que ejecuta el CIV. Las autoridades de esta dependencia acudieron ayer al Congreso, por citación de Orellana.

El legislador dijo que las autorizaciones se han emitido en uno o dos días, mientras otros contratistas se quejan de que demoran meses para atender sus solicitudes.

Como ejemplo citó el caso de la Constructora Arista, que pidió ser incluida en ese registro el 22 de febrero último, y fue admitida ese mismo día, a pesar de que presentó una declaración falsa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y no demostró que posee la maquinaria y el equipo que describió en su expediente.

Esa empresa es propiedad de Nydia Verónica Tejeda, esposa de Daccarett, quien, además de ser vocal de la Junta Calificadora de Precalificados, figura como director de obras de esa constructora, y afirma en el expediente que prestará sus servicios en sus oficinas y en el campo.

“No solo hubo falsedad, sino que el vocal calificó su propia hoja de vida y le dio el visto bueno a su empresa —en tiempo récord—, para que le preste servicios al Estado”, criticó Orellana.

Jorge Filiberto Cáceres, director de ese registro, ofreció disculpas a los contratistas por esas irregularidades, y prometió que hará esfuerzos porque “no ocurran más en el futuro”. “Yo confiaba en los dictámenes de la comisión calificadora; he trabajado con amor y pasión”, afirmó con voz entrecortada y lágrimas en los ojos.