Prensa Libre
Los jóvenes del programa han desarrollado gran habilidad en el manejo de utensilios de cocina.
Un grupo de jóvenes especiales integra un taller productivo en el que se encargan de la preparación artesanal de leche y galletas de soya, quesos, tortillas, salpicón y otros productos, que proyectan comercializar muy pronto.
Yadira Méndez, de 29 años y una de las participantes en el programa, se mostraba feliz ayer, durante la inauguración del taller. Explicó que entre las tareas a su cargo está limpiar la soya, que después se muele para mezclarla en un recipiente, donde la leche se fermenta.
En este taller, que pertenece a la escuela para personas especiales de la Fundación Faces, participan cuatro estudiantes y dos maestras.
Esos jóvenes, que no pueden integrarse con normalidad en el mercado laboral, reciben una oportunidad para desarrollar habilidades. Según los maestros, en estas actividades los estudiantes aprenden a compartir y desarrollan destrezas muy útiles.
Apoyo externo
Para la instalación del taller, la organización Food for the Poor donó US$3 mil 500, con los cuales se adquirió equipo como un molino para la soya, un quemador y dos quintales de materia prima para elaborar la leche.
También se financió la capacitación técnica que recibieron los jóvenes y maestros. Ingenieros de la Universidad de San Carlos se encargan del control de calidad en el programa.
Buscan ser proveedores
La Fundación Faces acoge a 32 estudiantes en distintos talleres, y más de 40 personas están en lista de espera. En la actualidad negocia con la Secretaría de Bienestar Social la posibilidad de convertirse en proveedora de leche de soya.
“Con un Centro de Atención Integral que nos den, el programa sería autosostenible”, opinó Olga Alicia de Berchel, directora del programa.
La idea es que una vez den a conocer la leche de soya y la variedad de alimentos que se pueden preparar, el taller funcione por pedidos.
En esta escuela para personas especiales existen otros espacios productivos, como la elaboración de piñatas. Faces ha logrado reinsertar a 12 de sus estudiantes en el mercado laboral, en empresas como McDonald’s o Supermercados La Torre.
Un grupo de jóvenes especiales integra un taller productivo en el que se encargan de la preparación artesanal de leche y galletas de soya, quesos, tortillas, salpicón y otros productos, que proyectan comercializar muy pronto.
Yadira Méndez, de 29 años y una de las participantes en el programa, se mostraba feliz ayer, durante la inauguración del taller. Explicó que entre las tareas a su cargo está limpiar la soya, que después se muele para mezclarla en un recipiente, donde la leche se fermenta.
En este taller, que pertenece a la escuela para personas especiales de la Fundación Faces, participan cuatro estudiantes y dos maestras.
Esos jóvenes, que no pueden integrarse con normalidad en el mercado laboral, reciben una oportunidad para desarrollar habilidades. Según los maestros, en estas actividades los estudiantes aprenden a compartir y desarrollan destrezas muy útiles.
Apoyo externo
Para la instalación del taller, la organización Food for the Poor donó US$3 mil 500, con los cuales se adquirió equipo como un molino para la soya, un quemador y dos quintales de materia prima para elaborar la leche.
También se financió la capacitación técnica que recibieron los jóvenes y maestros. Ingenieros de la Universidad de San Carlos se encargan del control de calidad en el programa.
Buscan ser proveedores
La Fundación Faces acoge a 32 estudiantes en distintos talleres, y más de 40 personas están en lista de espera. En la actualidad negocia con la Secretaría de Bienestar Social la posibilidad de convertirse en proveedora de leche de soya.
“Con un Centro de Atención Integral que nos den, el programa sería autosostenible”, opinó Olga Alicia de Berchel, directora del programa.
La idea es que una vez den a conocer la leche de soya y la variedad de alimentos que se pueden preparar, el taller funcione por pedidos.
En esta escuela para personas especiales existen otros espacios productivos, como la elaboración de piñatas. Faces ha logrado reinsertar a 12 de sus estudiantes en el mercado laboral, en empresas como McDonald’s o Supermercados La Torre.
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