sábado, 8 de noviembre de 2008

La hora de la verdad, el clasico 240


Prensa Libre

Cristian Noriega asegura que lo que no se debe hacer en el clásico es perder.

El corazón empieza a latir, la piel se eriza, el pulso se acelera y la respiración aumenta, mientras el cronómetro comienza a correr. Todo está listo para el clásico 240.

Cada vez que hay un clásico, los protagonistas viven de manera diferente el partido, por todo lo que se juega, sin importar la posición, el momento futbolístico de los equipos o quién llega como favorito.

Mañana no será la excepción, y en el estadio Mateo Flores se mezclarán sentimientos encontrados, tanto en aficiones como en los jugadores, porque dentro del terreno de juego lo que importa es conseguir la victoria.

Un mismo sentimiento
Cristian Noriega y Carlos Gallardo, defensas de Municipal y Comunicaciones, respectivamente, tienen algo en común, son seleccionados, pero mañana defenderán distintos colores y pondrán dentro de la cancha todo su talento.

Cristian Noriega reconoce que la vibra que se vive para un derbi es diferente que la de otros encuentros, porque la adrenalina aumenta, y eso motiva a buscar la victoria. Además, el apoyo desde los graderíos hace que los protagonistas intenten destacar durante el partido.

Para muchos, los clásicos pueden pasar del amor al odio, pero este último concepto es un sentimiento que según Carlos Gallardo no debe existir.

“Es un partido más, y el futbol puede tener orgullo, pasión, deseo, alegría, tristeza, esfuerzo, mentalidad y positivismo, pero no creo que llegue a existir odio”, asegura Gallardo.

De los 239 clásicos que se han disputado, en 79 ocasiones Municipal ha tenido que sufrir la derrota, en tanto que Comunicaciones cuenta 86, el resultado más difícil de aceptar.

Noriega, quien ha jugado sólo seis derbis, dice que el único que le ha tocado perder fue el 238, en la final del torneo Clausura 2008.

En esa oportunidad, el central recuerda que cuando terminó el partido sintió tristeza, pero pasó pronto porque, aunque habían caído, fueron campeones.

“Uno sueña que llegue ese momento, salir a la cancha con la camisola roja puesta y pelear cada balón, para salir victorioso, y gracias a Dios lo he conseguido”, expresa Cristian.

El momento más difícil para Gallardo fue en su debut, en el torneo Apertura 2005, porque estaba emocionado al jugar su primer clásico, pero al final su equipo perdió, y todo cambió, por el sabor de la derrota.

Sin violencia
Para mañana, ambos jugadores dicen que se debe tener una actitud positiva, jugar de forma leal y dar espectáculo, para transmitir a las gradas que lo que se debe evitar durante el juego es la violencia.

“Se pueden calentar las cosas, por la rivalidad y el orgullo, pero no se debe llegar a las agresiones porque, al final, la gente paga por ver un buen espectáculo”, comenta el lateral blanco.

Sin importar quien gane, en las gradas todo debe quedar intacto. “La afición debe estar contigo, pero no debe pasar a más, con sus aplausos y presencia ya empezamos a ganar”, asegura Cristian.

Estos dos jugadores pondrán más que el corazón en el partido de mañana, en donde su entrega, amor al equipo y sacrificio serán los principales ingredientes para conseguir el triunfo.

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