lunes, 30 de julio de 2007

TRABAJO INFANTIL ESTÁ EN AUMENTO

Niños son parte de Población Económicamente Activa

La erradicación del trabajo infantil continúa lejos de ser alcanzada en Baja Verapaz. Un reciente mapeo de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) reflejó que el número de niños que laboran continúa incrementándose.
El estudio, efectuado entre 600 infantes de 60 comunidades, mostró que 69 por ciento de los entrevistados son obligados a trabajar luego o antes del horario escolar.
Según un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del 2002, en ese departamento había cinco mil 320 menores que eran parte de la Población Económicamente Activa (PEA) local.
Debido al crecimiento de la población y de la pobreza, personal de la PDH considera que esto fomenta más el trabajo infantil.

Casos reales

Carolina, una niña de 11 años, contó que, al salir de la escuela donde cursa el cuarto grado de primaria, debe ayudar a su progenitora a vender en las calles de Salamá pequeñas bolsas con fruta.
El día de la entrevista estaba sudorosa y cansada, pero contenta, porque había logrado entregar buena parte de su venta.
Otro caso es el de Edy Pérez, de 12 años, y quien vive en la aldea El Repollal, en Purulhá. El niño no sabe leer ni escribir y tiene que ayudar a su padre en las tareas agrícolas. Los viernes y lunes lo acompaña al mercado para vender la cosecha.
Pablo, su progenitor, detalló que tiene seis hijos y argumentó que como a ninguno le gustó la escuela lo ayudan a trabajar en el campo.

Niños agricultores

Edín Morales, de la Auxiliatura Regional de la PDH, señaló que la mayoría de niños trabajadores son utilizados en la agricultura, mientras el resto en comercios, como abarroterías y otro tipo de negocios familiares.
Un área menor se concentra en servicios independientes, como lo son los lustradores, explicó.
Señaló que los estudios muestran que la práctica laboral es la principal causa de la deserción escolar.

Labor no condenable

El principal motivo del trabajo infantil es la pobreza, señaló un estudio de la organización Plan Internacional.
Sin embargo, Nicolás Véliz Villavicencio, de esa organización, adujo que no todo debe ser catalogado como trabajo forzado. “Llevar a los niños al campo es parte de la enseñanza, si se toma en cuenta que aquí la principal fuente de trabajo es la agricultura”, razonó.
De hecho, algunas de las variedades del trabajo infantil han sido reconocidas como apropiadas para dar a los niños habilidades y responsabilidades, así como para mantener la unidad familiar y contribuir a los ingresos.
Sin embargo, entre los criterios que maneja la Unicef es considerada explotación cuando las tareas son excesivas, los niños viven en la calle, o se les limita el acceso a la enseñanza.

Educación sin valor

En ese sentido, Véliz consideró que muchos progenitores no le dan valor a la educación. “Creen que no es indispensable para la vida y que es mejor enseñarles a trabajar a los hijos”, apuntó.
Por aparte, Francisco de Paz, de Cáritas Arquidiocesana y Catholic Relief Services, expuso que el trabajo disminuye la concentración en los estudios y promueve la deserción escolar.
Tanto Véliz como Francisco de Paz coincidieron en que autoridades e instituciones involucradas deben aunar esfuerzos para la erradicación del trabajo infantil. “Es indispensable para hacer un mejor trabajo y buscar una solución integral”, concluyó Véliz.

Resultados del mapeo

Pobreza es la principal causa.
Un 29 por ciento de las 600 niños entrevistados en el mapeo de la PDH aceptaron que son afectados en su rendimiento escolar debido al trabajo.
El 69 por ciento manifestó que son obligados a trabajar.
No hay cifras exactas, pero se cree que el trabajo infantil va en aumento.
Según el INE, en el 2002, en Baja Verapaz, había una población de 49 mil 453 de niños de entre 7 a 14 años, de los cuales cinco mil 320 forman parte de la economía activa.

No hay comentarios: