lunes, 13 de agosto de 2007

LAS BOLSAS EVITAN UN LUNES NEGRO

Este lunes, las bolsas de valores recuperaron parte del terreno perdido la semana pasada, cuando los precios de las acciones registraron dramáticas pérdidas.
La Bolsa de Nueva York abrió al alza, recuperando un 0,4% para llegar a 13.294,6. Por su parte, el principal índice económico en Londres, el FTSE, subió un 2,3% mientras que el mercado de acciones de Francfort aumentó un 1,8%, y el Cac-40 francés lo hizo un 2,2%.

Previamente, la jornada en los mercados asiáticos se había desarrollado con bastante estabilidad, con el Nikkei japonés llegando a los 16.000 puntos y el índice australiano en 6.027,5.

La reacción positiva de los inversores se debió en parte a ventas mayores de las esperadas de los minoristas estadounidenses en julio.

De todos modos, los analistas estadounidenses y europeos esperan que esta semana el mercado financiero permanezca volátil.

Los últimos días fueron de incertidumbre para los corredores de bolsa de todo el mundo, quienes vieron afectadas sus compras y ventas por los miedos a una contracción crediticia generalizada.

Nuevas inyecciones


Como precaución para evitar un "lunes negro", los principales bancos centrales volvieron a inyectar capital en el sistema bancario.
La Reserva Federal de Estados Unidos inyectó US$2.000 millones, poco después de que el Banco Central Europeo (BCE) hubiera desembolsado US$65.000 millones adicionales y el Banco Central de Japón otros US$5.000 a su mercado.
Previamente el banco central japonés había inyectado US$8.500 millones, mientras que el BCE había aportado US$213.000 millones la semana pasada. Por su parte, el Fed tampoco se quedó corto, aportando US$60.000, temiendo que la crisis se descontrolara.

El sector problemático


La turbulencia financiera se originó EE.UU., en el sector inmobiliario de hipotecas de alto riesgo, o subprime.
El default generalizado récord de 2006 -provocado por una subida en las tasas de interés- afectó a las empresas acreedoras, y generó lo que se conoce como "fuga hacia la calidad", es decir que los inversores que tenían capitales en negocios riesgosos optaron por volver al "dinero seguro".


También los bancos comenzaron a cobrar más por el dinero que se prestan entre ellos, indicando que pretenden limitar su riesgo.
El temor es que la crisis haga más difícil que los bancos, las empresas y los consumidores consigan crédito y efectivo.
Algunas estimaciones aseguran que US$300.000 millones en créditos podrían estar en peligro, y los inversores están preocupados al desconocer el verdadero alcance de la crisis.
"La gran pregunta es cuál es la cantidad total (de créditos en riesgo), y eso es malo para los mercados porque si hay algo que los mercados detestan es la incertidumbre", afirmó Gilles Moec, economista del Bank of America.
Durante el fin de semana, varios bancos han cifrado su exposición a las hipotecas subprime, incluyendo el banco estatal alemán WestLB que puso la cantidad en US$1.250 millones.
A pesar de lo abultado de estas cantidades, el Fondo Monetario Internacional restó importancia a la crisis y describió la volatilidad de los mercados financieros globales como "manejable".
Pero miles de millones de dólares ya se habían esfumado tras dos días de caída continuada de los mercados internacionales.
De persistir la crisis podría desencadenar una recesión mundial, aunque el propio presidente estadounidense, George W. Bush, haya insistido en que la economía de su país permanece sólida.

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